Este lunes, Argentina recibirá el segundo tramo del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional: USD 2.000 millones que se suman a los USD 12.000 millones inicialmente desembolsados en abril.
Según fuentes oficiales, el Ministerio de Economía utilizará esos recursos para recomprar otra porción de Letras Intransferibles que hoy forman parte del balance del Banco Central. Se trata de una operación contable, similar a la ejecutada en mayo, que no modifica las reservas brutas sino que reconfigura su composición: las convierte en reservas netas disponibles para intervención.
En concreto, estas Letras son instrumentos emitidos por el Tesoro sin valor de mercado, cuyo traslado al BCRA permite que los DEG (Derechos Especiales de Giro) se registren directamente como reservas netas. Aunque no ingresan nuevos dólares al sistema, esta maniobra mejora la percepción institucional sobre la fortaleza cambiaria.
Una novedad destacada en esta segunda fase del programa es la modificación de las metas de acumulación de reservas: la meta para 2025 se redujo en USD 5.000 millones respecto al plan original aprobado en abril, en parte para reflejar los desvíos iniciales del país.
El ministro Luis Caputo explicó que estas metas deben interpretarse con flexibilidad: “La acumulación de reservas es una consecuencia del programa económico… No se puede fijar una fecha precisa para su cumplimiento”.
Hasta el 23 de julio, el BCRA registraba USD 16.753 millones en Letras Intransferibles, frente a los USD 23.713 millones que estaban en su poder a principios de mayo. Esa diferencia refleja la primera recompra de mayo, que utilizó parte del primer envío del FMI.
El traspaso contable de DEG desde el Tesoro al Banco Central no altera el volumen total de reservas brutas, pero mejora la posición de reservas netas, clave para intervenciones bajo el esquema de flotación administrada entre bandas.
En síntesis, esta segunda operación busca consolidar la estrategia fiscal y cambiaria del Gobierno: reforzar reservas netas y mostrar disciplina en el marco del acuerdo con el FMI, mientras se ajustan las metas para dar realismo al cronograma financiero en 2025.