Este viernes, Javier Milei emitió un mensaje televisado en el que acusó al Congreso de poner en riesgo la estabilidad económica al aprobar leyes con impacto fiscal, incluyendo aumentos a jubilados. Luego anunció formalmente la prohibición de financiar el gasto público con emisión monetaria y un proyecto de ley que penaliza presupuestos con déficit estatal.
Oficialismo
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Manuel Adorni, vocero presidencial, definió el discurso como la confirmación de principios claros: “No vamos a permitir que la vieja política haga retroceder ni un centímetro a los argentinos”.
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Patricia Bullrich destacó la conexión del mensaje con la campaña electoral: “Entendimos todos lo importante de elegir bien a diputados y senadores: fortalecer el cambio…”.
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Federico Sturzenegger lo consideró un llamado firme a la realidad: “Dos meses antes de una elección se planta firme… rechazando el realismo mágico”.
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El ministro de Economía, Luis Caputo, escribió en redes: “Super mega giga discurso del Presidente… ¡Argentina será próspera, aunque algunos en el Congreso no lo quieran!”.
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Martín Menem calificó el mensaje de “impecable”, y la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, lo alabó como la voz de un presidente honesto que resiste aun de manera impopular..
Oposición
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Julia Strada (Unión por la Patria) cuestionó que el gobierno culpabilice al Congreso y acusó al Ejecutivo de fanatismo ideológico.
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Leandro Santoro añadió: “Si vetás todo, no es responsabilidad fiscal, es fanatismo ideológico”.
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Agustín Rossi defendió el rol del Congreso y expresó que el verdadero problema no es la falta de recursos, sino de voluntad política.
En síntesis, el mensaje fue interpretado como reafirmación del rumbo económico del Gobierno. Mientras el oficialismo celebra consistencia y firmeza, la oposición lo acusa de desatender el tejido social en nombre del equilibrio fiscal.