Este miércoles, el Gobierno puso en marcha una “mega licitación” de deuda en pesos para hacer frente a vencimientos por $14,8 billones, ofreciendo once instrumentos con vencimientos diversos, entre ellos Lecap, Boncap, Boncer ajustado por CER y bonos dólar-linked y TAMAR.
Con esta operación, se logró refinanciar el 61 % del total, lo que equivale a una colocación de $9,1 billones, aunque dejó $5,7 billones en circulación —pesos que podrían volcarse al sistema financiero, elevando la presión sobre tasas y tipo de cambio.
Las letras más cortas (Lecap) se adjudicaron con tasas efectivas mensuales que superaron el 4 % mensual, muy por encima de la inflación proyectada, lo que traduce tasas anualizadas que duplican ampliamente al promedio de precios.
Esta suba de las tasas responde a un escenario de fuerte volatilidad generado por el desarme de las Lefi, que liberaron al mercado unos $10 billones, y la necesidad del Gobierno de recomponer la estabilidad monetaria y cambiaria.
Para facilitar la colocación y aliviar la tensión sobre el sistema financiero, el Banco Central reactivó una ventanilla de pases activos, permitiendo a los bancos obtener liquidez inmediata entregando títulos con más de 60 días de plazo como garantía. Esto apuntó a mejorar la estabilidad de las tasas de corto plazo y facilitar la extensión de los plazos de deuda.