Un día después de confirmarse el encuentro entre Javier Milei y Mauricio Macri, el Gobierno comenzó a mostrar señales de acercamiento hacia el PRO. En ese sentido, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, se reunió con Jorge Macri y con el presidente de la CAF, Sergio Díaz Granados, como primeros pasos visibles de ese vínculo.
Desde el entorno porteño interpretaron esas acciones como un gesto político para destrabar una serie de créditos internacionales que la Ciudad había gestionado y que estaban pendientes de aprobación nacional. La Ciudad de Buenos Aires esperaba el aval de la Casa Rosada para avanzar con préstamos del BID y de la CAF por decenas de millones de dólares destinados a obras de infraestructura, transporte y modernización.
Un ejemplo concreto fue el préstamo del BID por USD 85 millones para mejorar el sistema sanitario porteño, el cual habría sido liberado por el ministro Luis “Toto” Caputo, quedando pendiente solo la firma del decreto presidencial. A su vez, los desembolsos de CAF (USD 300 millones para vagones del subte B y USD 65 millones para paso bajo nivel, ampliación de rutas y barreras) también están entre los más esperados por el PRO.
El rol de Francos fue considerado clave: sus recientes apariciones públicas junto a Mauricio Macri, su participación en la reunión de Olivos y la foto con Jorge Macri forman parte de una estrategia de “gestos” para recomponer relaciones políticas. En el PRO hay expectativas de que esos movimientos no queden solo en simbolismos, aunque algunos mantienen escepticismo sobre la sinceridad del acercamiento.